domingo, 6 de enero de 2013

Se perdió; la encontraron lejos.


Casi nunca lograba conciliar el sueño de noche, después de mucho tiempo pudo hacerlo. La pesadilla que la atormentaba hace tanto tiempo, volvió a hacerlo. Despertó gritando, como de costumbre nadie la auxilió. Se levantó de la cama, con los ojos llorosos. ¿Qué me pasa? Quiero ser la misma; se dijo en voz baja. Corrió al baño, rápidamente, comenzó a vomitar todo lo que había comido hace un rato muy corto. Una bocanada de sangre, interrumpió su corto suspiro. 
Vio la hora; eran las 4:45 de la mañana, no quería dormir y menos soñar ese horrible sueño. Camino por su habitación, sin pensar nada, solo camino. Observo su torso desnudo; vio sus brazos, atormentados por su dolor. 
No quería volver a hacerlo; pero lo hizo. Corrió a su cajita, tomó sus gilettes, cada vez que estás rosaban sus brazos, un poquito de vida se le escapaba. Cada vez le quedaba menos. 
Las horas pasaron, su vida se iba. Oyó las puertas, su madre se fue a su trabajo. 
Llegó su otra mitad, llegó el; su mejor amigo. 
Estaba sentada, con un buzo muy grande, ya que ella era muy pequeñita. Este le cubría, el cuerpo y parte de las piernas. 

+¿Sabes que veo? 
-No, sino me decís no sé. 
+Veo a una hermosa pero pequeña mujer, con la sonrisa más linda del mundo. Lástima.
-¿Lástima qué cosa? 
+Que este tan apagada, también veo que quieres mostrar lo que no sos, tus ojos dicen todo.
-¿Qué dicen? 
+Que estás destruida, que no puedes más.
Suspiró.
+¿Ese suspiro me da la razón? 
Una gruesa lagrima rodó por sus mejillas y se lo confirmo. 

miércoles, 2 de enero de 2013