domingo, 23 de diciembre de 2012

A L O N E





No puedes más, estás sola en tu habitación. Sientes que sus gritos, atraviesan las paredes. Lo único que quieres hacer es llorar. Observas tus muñecas, piensas y te preguntas. ¿Realmente merecen que mi sangre sea derramada? Sabes que la respuesta es no, pero sientes que es tu válvula de escape. Lo único que logra desconectarte de la realidad. Intentas hacer oídos sordos, no lo logras. Siguen gritando, blasfemando, haciéndote sentir como si fueras lo peor. ¿Qué logran con eso?. Lo único que haces es llorar, comienzas con unos sollozos desgarradores, que te rompen el alma por dentro. Te sientes sola, muy sola. Nadie te entiende. Histérica, comienzas a vagabundear por tu habitación. Gritando, llorando, golpeando todo lo que está a tu alcance. Logras oír que las puertas se abren. Es tu madre, mira tu remera manchada de sangre. Rápidamente, aprietas tu muñeca izquierda, en contra de tu remera. Violentamente entra a tu habitación, te toma de los brazos, sacudiéndote con violencia. Sus manos se mancharon de sangre. Lo único que lograste decir fue: ¡VETE QUIERO ESTAR SOLA! Aunque, hayan personas, siempre te sientes así. 

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